Anotate

lunes, 27 de agosto de 2012


Ventanas Abiertas al Polvo.
Texto: Mateo 26:41

        Cuando una casa permanece mucho tiempo solo,  el polvillo se empieza a introducir por medio de cualquier abertura y cuando menos se espera la casa está completamente  llena de polvo, primero en lugares poco visibles, hasta que se va tornando visible en cualquier lugar de la misma.

       Así también sucede con casas habitadas cuando los habitantes desmerecen cualquier polvillo por algún rincón de la casa, pues el mismo se va acumulando, y en lo que menos se  den cuenta hay suficiente sucio no solo en los rincones y rendijas sino en cualquier lugar  de las habitaciones en ese hogar, es para ese entonces que el polvo comienza a causar ciertas molestias respiratorias y enfermedades relacionadas.

       De igual manera sucede en nuestra vida secular y espiritual, al dejar de cultivar nuestro espíritu con la palabra de Dios, empieza a filtrarse el pecado por donde le sea más conveniente hasta que llega el momento que no se puede ocultar y lo que antes era invisible pasa a ser visible ante el mundo el fruto de dicho descuido.
        Por eso nuestro señor Jesucristo nos da dos consejos resumidos en dos palabras: velad y orar, para que no entréis en tentación, mt 26:41.
      
 Velad: no significa que debemos permanecer todo el tiempo sin dormir, más bien esta sugerencia de velar se remite a los ojos espirituales, para estar atentos a todo aquello que quiere filtrarse de manera disimulada en nuestras vidas que luego terminaran por perjudicarnos, y he ahí Dios lo quiere evitar diciéndonos que velemos y así no entraremos en tentaciones.

       Orar: esta palabra sugiere comunicación constante con nuestro señor, ya que  el orar es hablar con Dios, y por medio de la oración Dios también nos revela su propósito para nuestras vidas, dando claridad a nuestros ojos espirituales y así tomar mejores decisiones que nos afecten de manera apropiada para el crecimiento tanto espiritual como secular.

         Por eso querido amigo, bien sea niño, joven adulto o anciano, debemos poner en práctica las recomendaciones que nos da nuestro señor Jesucristo y así viviremos una vida plena, donde la voluntad de Dios sea la permanezca en nuestras vidas.

Autor: Eliu Seijas

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